miércoles, 10 de febrero de 2010

"No culpes a la noche, no culpes a la lluvia"


Casi, como imitando a Luis Miguel, nuestra reina Batata manifestó que, "la carne aumentó porque llovió".

Quizá, cuando deje el cargo se escriba un libro con sus frases célebres y ésta será incluída, porque lo que dijo es una estupidez mayúscula.

Tengo amigos con campo y muchos de ellos tenían ganado que fue suplantado por la soja porque K impuso un plan para el vacuno, que no hacía rentable mantener las cabezas en el campo. Ergo, se vendieron vientres y los stocks se fueron reduciendo. Lo mismo sucedió con los tambos y las vacas lecheras que terminaron como chuletas.

En algún post viejo escribí algo al respecto. Pero también hubo un vaticinio, que este año se importaría carne de Uruguy y Brasil. Esta visión fue errónea, porque ya, desde el año pasado en algunos lugares de nuestro país la carne es importada.

La gente del campo le venía advirtiendo al gobierno lo que iba a pasar y cuando saltó el problema, resulta que la culpa es de la lluvia. Seguramente, la inflación es consecuencia del calor y la inseguridad de la gripe A H1N1.

Uno de los principales responsables de este lío es K, quién ordenó a Moreno actuar sobre la carne y la lecha, importándole muy poco la base de toda economía: oferta y demanda.

Un amigo mío que tiene campo con ganado me explicaba que en diciembre, le pagaron una jaula de novillos a $6,50 el kilo y que en los primeros días de febrero, el precio subió a $10,50 y con fuertes pedidos.

La gente quiere carne y no hay para faenar. Insisto una vez más: esto es consecuencia de una política nefasta de años de desmanejo de los problemas del campo. Aumentar el stock ganadero significa años de trabajo, porque un novillo no se siembra y cosecha en doce meses.

No van a reconocer el error. Simplemente acusarán a otros de sus propias falencias e impericias. Como siempre.

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