domingo, 2 de agosto de 2009

Tener memoria


“Es la memoria un gran don
calidá muy meritoria;
y aquellos que en esta historia
sospechen que les doy palo,
sepan que olvidar lo malo
también es tener memoria”,
José Hernández, Martín Fierro.

Así comenzó Biolcati su discurso de Apertura en la Rural, palabras que me parecieron brillantes en todo sentido. Y tenga en cuenta que no es una persona que me termine de simpatizar demasiado, pero debo reconocer que ayer, los que lo aplaudieron de pié, tenían razón.

Me llamó la atención que no hubiera habido silbidos, abucheos o cantos en contra del gobierno, como si los hubo el año pasado. ¿O los censuraron por TV? No creo. Más me pareció a una consigna de los organizadores que a otra cosa.

Frases para la historia:
"Me pregunto por qué el 27% de los argentinos padece hambre si el campo es una enorme fábrica de alimentos y entregó en estos últimos siete años US$ 30.000 millones que iban a aplicarse en planes sociales. ¿Dónde fue a parar tanto dinero?"

"El campo argentino dejó de ser la mansa vaca lechera que se deja ordeñar para cubrir el costo de la ineficiencia y las políticas equivocadas"

"En la Argentina celebraremos el Bicentenario importando carne, trigo y leche"

"Pienso en Manuel Belgrano, José de San Martín, Domingo Faustino Sarmiento y Juan Bautista Alberdi. Hombres que le dieron a la patria todo, sin pedirle nada. Hombres que fundaron y construyeron esta Nación sin necesitar superpoderes. Que murieron en la dignidad de su pobreza, sin tener que presentar declaraciones juradas."

Biolcati hizo una descripción de la realidad tan cruda y tan cierta, que uno no puede explicarse porqué seguimos teniendo una clase dirigente que continúa caminando hacia el precipicio, con tal de no aceptar sus errores y equivocaciones. La impresentable de la ministra de la improducción es un claro ejemplo de ello.

Tener memoria. Es un mal que nos aqueja como sociedad. Llevamos años contemplando cómo la falta de memoria nos induce a cometer y repetir los mismos errores de siempre y a olvidarnos sobre los hechos políticos recientes, que nos llevaron a este desastre. Sin embargo, la memoria argentina es pendular y creo que ya llegamos al extremo de la oscilación y comenzaremos a tomar velocidad hacia el otro lado. ¿Alguna vez lograremos que su amplitud sea pequeña? En ese momento habremos alcanzado nuestra plenitud como país.

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