sábado, 13 de junio de 2009

Caballeros eran los de antes


Caso 1: Veo parar un taxi. Se baja un señor y detrás su pareja. Estimo que ambos son de treinta cinco largos. Él, apenas desciende comienza a caminar hacia la esquina. Ella, cierra la puerta y con pasos rápidos trata de alcanzarlo. No hay ni hubo pelea, simplemente que él no la esperó.

Caso 2: Restaurante. El caballero paga la cuenta, bebe su último trago de vino, se levanta y se coloca su campera. Ella, casi tomada por sorpresa, también se levanta y busca su abrigo. Él comienza a buscar la salida. Ella, mientras trata de lidiar con su sobretodo y la cartera, trata de alcanzar a su pareja. Tampoco hay síntomas de pelea o discusión, simplemente parece un acto rutinario.

Caso 3: Luego de pagar lo que indica el reloj del taxi, el caballero baja del vehículo y sosteniendo la puerta abierta ayuda a su pareja a bajar. Estimo unos cuarenta y tantos largos. Ella sosteniendo la mano tendida baja y él, luego de saludar al tachero cierra la puerta y la abraza. Juntos comienzan a caminar. Veo que ambos tienen anillo de casados, por lo tanto, supongo una feliz pareja.

Caso 4: Pareja de cincuenta y tantos. Él cabello cano, ella denota ser madre de adolecentes. Él termina de dejar la propina junto con el ticket firmado de su tarjeta de crédito y le sostiene el abrigo a su pareja para que ella pueda ponérselo. El caballero la deja pasar y detrás de ella la acompaña a la salida. Le abre la puerta y la deja salir. Tomados de la mano, inician la caminata a la cochera. Ambos lucen anillos de casados y aparentan ser una feliz pareja.

Le pregunto a mi Escriba con papiro si los caballeros dejaron de existir y si eso es consecuencia del famoso feminismo. ¡Cómo me gustaba cuando los hombres eran hombres y existía la galantería y respetuosidad al mal llamado sexo débil.! Debo estar viejo.

Debo reconocer que aún sigo respetando el ceder el paso, asiento, abrir puertas, regalar una sonrisa y ayudar a una dama, independientemente de su edad. Quizá lo haga en forma inconsciente para tratar de señalarle que todavía, algunos, las seguimos respetando.

Claro que, a veces me cuesta cuando una mujer se viste como hombre y su desaliño la hace desconocida para su sexo. Todavía algunas, no comprenden que con muy poco, pueden ser ellas mismas.

4 comentarios:

Natalia, la capricorniana alegre dijo...

Pablo: tema escabroso.

Esta vez me guardaré la opinión.

Dulces sueños.

Pablo dijo...

Una lástima!

Fiura dijo...

Coincido 100% con los tres últimos párrafos de su post -la reflexión- y me quedo pensando en los casos descriptos.

Salutti! =)

Pablo dijo...

Gracias Fiura, Salutti!