jueves, 2 de abril de 2009

La esclavitud cubana en pleno sigo XXI


Nuestra historia al respecto es triste y a la vez indignante. Cual esclavos contemporáneos, los cubanos, en pleno siglo XXI, no solamente dependemos de permisos gubernamentales para salir del país y regresar a él, sino que constantemente se conculca el derecho al libre movimiento, pues los permisos se otorgan arbitrariamente, se demoran o se niegan, provocando un profundo dolor en miles de familias inocentes, las que paralizadas por el miedo, son incapaces de reclamar el respeto a sus derechos básicos. Y a este atropello se adiciona otro: la obligatoriedad de pagar tales autorizaciones de viaje, a un precio elevado en moneda convertible. A pesar de estos enormes obstáculos, se calcula que aproximadamente tres millones de compatriotas han protagonizado un éxodo incontrolable e indetenible a lo largo de cinco décadas. Unos viajan legalmente; otros escapan, se fugan, huyen de su adorada isla, generándose un desgarramiento familiar que hiere las entrañas mismas de la nación. Pero lo más trágico de estos ya de por sí dramáticos acontecimientos, es que el gobierno impidió con saña durante decenios, las relaciones entre los ausentes, y los familiares de éstos que permanecimos en Cuba; y además penalizó con largos años de cárcel, la honrada posesión de divisas remitidas a sus seres queridos por los radicados en otras latitudes.

Grito desgarrador de la Dra Hilda Molina de su encierro en la isla-cárcel de Cuba y describe lo que ya todos sabemos: la imposibilidad de salir del país y la trágica consecuencia social que ello tiene.

No puedo hacer mucho al respecto, más que difundir e insistir sobre el tema. Mi granito de arena.

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