martes, 17 de marzo de 2009

La colimba de regreso


Parece ser que la Su, además de criticar la seguridad, ahora expresó que "la vuelta de la colimba sería una solución, ayudaría a sacar a los jóvenes de las calles y del paco. Además pueden aprender".

Se que es un tema espinoso, pero debo decir que alguna razón tiene. El servicio militar, el bien entendido, sirvió, no sólo para preparar a los jóvenes en el aspecto militar, para un futuro servicio, sino para formarlos como personas.
Insisto, el bien entendido.

Conozco muchísimos casos de analfabetos que, una vez terminada su colimba, recibieron su diploma del cual pudieron leer su nombre y título. También soy testigo directo de la cantidad de chicos que aprendieron a usar un cepillo de dientes, peinarse, afeitarse y hasta usar zapatos. Ni mencionar aquellos que fueron revisados por un médico o atendidos por un odontólogo.

Hoy me cruzo con muchos padres que lamentan que sus hijos no hayan tenido la experiencia del servicio militar, porque no aprendieron a destetarse; a valerse por si mismos y tener una disciplina de vida. No hablemos de los valores, que fundamentalmente deben ser apredidos en el hogar de crecimiento.

Quizá, algún día, cuando dejemos la ideología de lado y podamos discutir civilizadamente, lleguemos a la conclusión que el servicio militar no era tan malo y que contribuyó al crecimiento de nuestro país.

Claro que, siempre será tema de discusión y debate, porque para otros, el sistema solo sirve para limpiar pisos y atender los jardines.

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